El riesgo moral en el contexto del aseguramiento se refiere a la disminución de la diligencia por parte del asegurado debido a la protección proporcionada por el seguro, lo que lleva a un comportamiento más arriesgado o negligente. En otras palabras, cuando los individuos están asegurados, pueden ser menos cautelosos en la prevención de pérdidas o daños, ya que no tienen que enfrentar personalmente las consecuencias financieras de provocar un siniestro.
Para contrarrestar este comportamiento, las aseguradoras privadas implementan la cláusula bonus-malus, que ajusta el costo de las primas de seguro en función del historial de siniestralidad del asegurado. Bajo este sistema, aquellos asegurados que tienen un historial de siniestralidad baja o nula reciben bonificaciones, lo que se traduce en primas más bajas en el futuro. Por otro lado, aquellos con un historial de siniestralidad alta enfrentan un aumento en el costo de las primas como consecuencia de su mayor riesgo percibido.
De esta manera, la cláusula bonus-malus actúa como un incentivo para que los asegurados mantengan un comportamiento prudente y responsable, ya que aquellos que causan menos siniestros son recompensados con primas más bajas, mientras que aquellos con historiales de siniestralidad más altos enfrentan un mayor costo como consecuencia de su comportamiento de mayor riesgo. En última instancia, esta medida busca promover una mayor responsabilidad individual y contribuir a la estabilidad y sostenibilidad del sistema de aseguramiento privado.
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