En su obra «La sociedad dividida. Estructuras de clases y desigualdades en las sociedades tecnológicas», José Félix Tezanos Tortajada ofrece un análisis profundo de los conceptos de pobreza y exclusión social, enmarcándolos dentro de una estructura social cada vez más polarizada. Su enfoque parte del reconocimiento de que las sociedades contemporáneas no solo enfrentan desigualdades económicas, sino también formas estructurales de segmentación social que afectan el acceso a recursos, oportunidades y derechos.
La pobreza como fenómeno estructural y multidimensional
Desde una perspectiva sociológica, Tezanos enfatiza que la pobreza no puede entenderse únicamente como una insuficiencia de ingresos. Es, sobre todo, una condición de privación multidimensional que abarca la falta de acceso a la educación, la sanidad, la vivienda adecuada, la participación política y la seguridad social. Esta visión rechaza las explicaciones individualistas o moralizantes de la pobreza, situándola en el marco de las dinámicas estructurales del capitalismo avanzado y la evolución tecnológica.
La pobreza, según Tezanos, se reproduce dentro de una lógica de clases en la que las oportunidades están desigualmente distribuidas. En las sociedades tecnológicas, donde el conocimiento y la cualificación determinan el acceso a empleos estables y bien remunerados, los sectores menos formados quedan excluidos de los circuitos económicos más dinámicos. Esta segmentación acentúa la dualización social, ampliando la distancia entre los «integrados» y los «excluidos» del sistema.
La exclusión social como categoría analítica y política
Por otro lado, el concepto de exclusión social adquiere en la obra de Tezanos una importancia clave. A diferencia de la pobreza, la exclusión no se refiere solo a una situación de carencia, sino al proceso mediante el cual determinados grupos quedan al margen del sistema de derechos, del consumo, del empleo y de la ciudadanía plena. La exclusión implica la ruptura del vínculo social y de las garantías que el Estado debería ofrecer a toda la población.
Tezanos vincula la exclusión social con el debilitamiento del Estado del Bienestar y la erosión de las políticas redistributivas. En contextos donde predominan las políticas neoliberales y se desmantelan los sistemas de protección, la exclusión se convierte en un fenómeno estructural, afectando no solo a los sectores tradicionalmente pobres, sino también a clases medias empobrecidas y precarizadas.
Conclusión
Desde el análisis de Tezanos, pobreza y exclusión social son dos caras de una misma moneda: expresiones de una sociedad cada vez más desigual, en la que el acceso a los derechos fundamentales está condicionado por la pertenencia de clase, el nivel educativo, el género, la etnia o el territorio. Para comprender estos fenómenos es necesario adoptar un enfoque estructural, que examine las relaciones de poder, los modelos productivos y las políticas públicas. Solo así podrá formularse una respuesta efectiva ante las crecientes desigualdades de las sociedades tecnológicas.