Domingo de Soto (1494-1560), a través de su obra «Deliberación de la causa de los pobres», desafió las propuestas de Vives en un tono enérgico y beligerante. Este dominico nacido en Segovia en 1495 y discípulo de Francisco de Vitoria, abordó la cuestión de la pobreza en un contexto en que las autoridades civiles estaban comenzando a intervenir en el tema.
Su obra, en contraposición a la de Vives, se presenta con una vivacidad y firmeza sustentadas por su profundo conocimiento teológico. Mientras Vives abogaba por la intervención pública y la reestructuración de la asistencia a los pobres, Soto defendía la tradicional noción de que la caridad y la asistencia eran cuestiones religiosas y de conciencia, no de intervención civil.
Soto rechaza la idea de restricciones a la mendicidad y al control de la pobreza, considerándolas humillantes y discriminatorias para los necesitados. Él sostiene que la asistencia a los pobres es un acto de virtud cristiana y debe ser una cuestión de conciencia personal, no un mandato gubernamental.
Una de las principales diferencias entre Vives y Soto radica en la concepción de la mendicidad. Mientras Vives abogaba por limitarla y promover el trabajo obligatorio, Soto defendía la libertad de mendigar y rechazaba la restricción de movimientos para los pobres.
Soto también sostenía que la limosna personalizada, otorgada por compasión y no por imposición legal, fomentaba sentimientos de caridad y misericordia, incentivando así la práctica de la virtud cristiana. Además, argumentaba que los propios pobres eran más eficientes en satisfacer sus necesidades que las instituciones.
Si bien sus enfoques diferían radicalmente, Vives y Soto contribuyeron a conformar las dos tendencias fundamentales en el debate sobre la mendicidad y la pobreza. La visión de Vives sentó las bases para el co
Referencias
- Alemán Bracho, C.., Alonso Seco, J.M.. and Fernández Santiago, P.. (2010) Fundamentos de servicios sociales. Valencia: Tirant lo Blanch.
- ChatGPT